lunes, 30 de julio de 2012

Un Cadáver Exquisito - El Cuarto de Baño - "Trozo" 14


TROZO 14. XEIA2410.

Se atisbaba claridad en el fondo del pasillo angosto al cual habíamos accedido, que incrementaba a medida que aumentaba el volumen de la música. Hasta que la vi. 
Entramos en una habitación poco iluminada donde se oía como un hilo musical.  Parecía que estuviera en unos grandes almacenes, salvo por….bueno, por casi todo. Sólo si cerraba los ojos. Pero NO podía permitirme eso pues, ante mí, repartida en un montón de estanterías mecalux, cutres y oxidadas, estaba…¡¡¡mi fabulosa colección de muñecas!!!!
Sabido era que, junto a la lectura, eran mi pasión.  Las coleccionaba desde ni recuerdo cuándo. Desde niña. Nunca regalé o tiré una muñeca. Me las quedaba, incluso las más usadas y ajadas. Las mías y las de mis amigas. Con los años, recopilé, restauré y empecé a comprar piezas realmente sublimes y, desde hacía poco más o menos un año, podía jactarme de tener una de las mejores colecciones a nivel mundial. 



Hacía unos meses, había prestado como la mitad a una exposición itinerante, que visitaría diversos países. Pero, ¿qué hacían allí?? ¡¡¡¡¡Eran las prestadas!!!!! Y…¡¡¡llenas de polvo!!! ¿¿¿No deberían estar en Roma???
Sin preocuparme momentáneamente del tipo, que había desaparecido de mi campo de visión, cogí una de mis preferidas. Empecé a apartarle el polvo con las manos, le empecé a planchar el pelo, pero ¡¡se desintegraba!! ¿¿Qué estaba pasando?? ¡¡¡Era mi peor pesadilla!!! (bueno, junto a soñar que se te mueven y caen los dientes, claro, ¡¡pero peor incluso!!) 
El fulano reapareció con un móvil en la mano. Me entró la risa floja…¿¿pero ahí había cobertura??? No se tomó bien la burla. Me arrancó de un golpe seco la muñeca de la mano y la estrelló estrepitosamente contra la pared opuesta a las estanterías. Se desintegró en un polvo blanco.

-¿¿Ves lo que vale tu bien más preciado??-  chilló - ¡¡¡Nada!!!, ¡¡¡tan sólo es un montón de polvo!!!

Del bolsillo trasero de su pantalón, sacó unas esposas y me ató a la estantería.

-Voy a buscar cobertura, ¡aquí te quedas con tus tesoros!

Retrocedió por el pasillo y oí cómo, de un portazo, cerraba la puerta metálica. 
Como me había atado a una estantería alta, no podía sentarme para aguardar… para esperar lo que fuera. Por ello cogí una, al azar, de las que me quedaban más cercanas. 
Ésta era de vinilo, no de porcelana como la anterior, y con peluca de mohair. Con la mano, desplacé la brutal capa de polvo de su cabecita despegando, sin querer, la peluca.  Al intentar volverla a su posición, me falló la mano atada y se me cayó. De la cabeza salió un polvo blanco que quedó esparcido por el suelo. El hilo musical de fondo empezó a quedar amortiguado por un ruido atronador. ¡¡Un tren!! ¡¡Un tren pasando a toda velocidad por el túnel!!
Sentía que mi cabeza iba a estallar de un momento a otro, como estalló la primera muñeca. Sólo tenía ganas de morir, de despertar de la pesadilla, de acabar con todo aquel sufrimiento…….pero un mazazo me sacó de aquel trance.  El tipo..., el tren..., yo atada …¡¡¡¡¡¡DIOS!!!!!!

2 comentarios:

  1. Una colección de muñecas ¡qué original enfoque! y un nuevo giro a la historia que pone a la prota otra vez en tensión.
    Muy bueno el trozo de Xeia.

    Saludos :)

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  2. Sí y lo del toque de las muñecas es muy bueno.

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