TROZO 8. Chary y
Paloma
Al principio no entendía el por qué de
esta misión, todo era confuso, nunca podría haber imaginado el universo que se
abría ante mi, aunque no tardé mucho en darme cuenta que simplemente era una
obrera más en la jerarquía del panal.
Por un momento llegué a sentirme abeja
reina en ese panal, hasta que me fue asignada mi primera misión, de la que
dependía la vida de otra persona. Harris me entregó un maletín conteniendo toda
la información sobre la misión que no podría leer hasta llegar a mi destino Los
Angeles. Tan sólo sabía que tenía otro nombre y un nuevo pasaporte. Gracias al
potencial y capacidad que Hale había puesto en mi mente, 12 horas de vuelo
fueron suficientes para hablar perfectamente inglés.
Una vez en el aeropuerto de LAX me dispuse a abrir el ansiado maletín. Estaba tan nerviosa y abrumada por la nueva vida que me esperaba que apenas podía recordar la combinación secreta para abrirlo, tan sólo tuve que cerrar los ojos y concentrarme en el momento en que Harris me lo entregó, la combinación apareció escrita en mi mente como por arte de magia. ¡Qué maravillosa sensación la de tener una mente prodigiosa!. Abrí el maletín lentamente, había un portfolio y un bloc de notas donde se me indicaba dónde dirigirme.
Cogí un taxi, de camino al hotel en el que
debía hospedarme, Beverly Wilshire, paré para tomar un tentempié, antes de
sumergirme en el portfolio que contenía el maletín.
La media hora de trayecto desde el
aeropuerto al hotel fue agradable. El paisaje cambiaba continuamente de forma
sorprendente. Pasaba de una playa llena de surfistas con neoprenos de distintos
colores formando un arcoiris cabalgando las olas, a una enrevesada autopista en
forma de espiral con un fondo de rascacielos perfilando un Downtown sobrevolado
por un helicóptero. Me sentía como un figurante en una escena de Hollywood.
Abrí la ventanilla para impregnarme del
frenético y mundano aroma que ofrecía la gran urbe en la que me adentraba.
Por fin el taxi se detuvo en la puerta de
un lujoso hotel. Un portero con un traje oscuro, abrigo rojo y sombrero a juego
se aproximó al taxi, me abrió la puerta y el taxista le entregó mis maletas.
Una vez en el vestíbulo del hotel me aproximé al mostrador e hice el check in.
Cogí uno de los ascensores que llevaban a la Penthouse suite.
El botones dejó mi maleta en el hall de la
habitación. Presentí que iba a ser una noche larga y diferente. No podía
conciliar el sueño debido al cúmulo de sensaciones que me embargaban, miedo,
emoción, jet lag… Decidí darme un merecido baño relajante y espumoso después
del día más largo de mi existencia.
Por fin me senté en la cama y me dispuse a abrir el portfolio, contenía
un sobre con toda la información de mi misión No podía creer lo que Harris
esperaba de mi.
De nuevo me sorprendo con esta parte, que tan bien ha sacado a la protagonista a la mismísima cuidad de L.A.!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias por leerlo por aquí también y gracias por comentar.
EliminarUna vez dicho esto, me alegro mucho de que te esté gustando.