viernes, 20 de julio de 2012

Un Cadáver Exquisito - El Cuarto de Baño - "Trozo 8"


TROZO 8. Chary y Paloma

Al principio no entendía el por qué de esta misión, todo era confuso, nunca podría haber imaginado el universo que se abría ante mi, aunque no tardé mucho en darme cuenta que simplemente era una obrera más en la jerarquía del panal.
Por un momento llegué a sentirme abeja reina en ese panal, hasta que me fue asignada mi primera misión, de la que dependía la vida de otra persona. Harris me entregó un maletín conteniendo toda la información sobre la misión que no podría leer hasta llegar a mi destino Los Angeles. Tan sólo sabía que tenía otro nombre y un nuevo pasaporte. Gracias al potencial y capacidad que Hale había puesto en mi mente, 12 horas de vuelo fueron suficientes para hablar perfectamente inglés.



Una vez en el aeropuerto de LAX me dispuse a abrir el ansiado maletín. Estaba tan nerviosa y abrumada por la nueva vida que me esperaba que apenas podía recordar la combinación secreta para abrirlo, tan sólo tuve que cerrar los ojos y concentrarme en el momento en que Harris me lo entregó, la combinación apareció escrita en mi mente como por arte de magia. ¡Qué maravillosa sensación la de tener una mente prodigiosa!. Abrí el maletín lentamente, había un portfolio y un bloc de notas donde se me indicaba dónde dirigirme.
Cogí un taxi, de camino al hotel en el que debía hospedarme, Beverly Wilshire, paré para tomar un tentempié, antes de sumergirme en el portfolio que contenía el maletín.
La media hora de trayecto desde el aeropuerto al hotel fue agradable. El paisaje cambiaba continuamente de forma sorprendente. Pasaba de una playa llena de surfistas con neoprenos de distintos colores formando un arcoiris cabalgando las olas, a una enrevesada autopista en forma de espiral con un fondo de rascacielos perfilando un Downtown sobrevolado por un helicóptero. Me sentía como un figurante en una escena de Hollywood.
Abrí la ventanilla para impregnarme del frenético y mundano aroma que ofrecía la gran urbe en la que me adentraba.

Por fin el taxi se detuvo en la puerta de un lujoso hotel. Un portero con un traje oscuro, abrigo rojo y sombrero a juego se aproximó al taxi, me abrió la puerta y el taxista le entregó mis maletas. Una vez en el vestíbulo del hotel me aproximé al mostrador e hice el check in. Cogí uno de los ascensores que llevaban a la Penthouse suite.
El botones dejó mi maleta en el hall de la habitación. Presentí que iba a ser una noche larga y diferente. No podía conciliar el sueño debido al cúmulo de sensaciones que me embargaban, miedo, emoción, jet lag… Decidí darme un merecido baño relajante y espumoso después del día más largo de mi existencia.
Por fin me senté en la cama y me dispuse a abrir el portfolio, contenía un sobre con toda la información de mi misión No podía creer lo que Harris esperaba de mi.

2 comentarios:

  1. De nuevo me sorprendo con esta parte, que tan bien ha sacado a la protagonista a la mismísima cuidad de L.A.!!

    Un abrazo!

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    1. Gracias por leerlo por aquí también y gracias por comentar.

      Una vez dicho esto, me alegro mucho de que te esté gustando.

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