miércoles, 25 de julio de 2012

Un Cadáver Exquisito - El Cuarto de Baño - "Trozo" 11


TROZO 11. Tomás.

No sabría decir cuánto tiempo llevaba repasando los nombres de aquel listín, cuando las letras comenzaron a agrandarse y danzar ante mis ojos. Una blanca nebulosa se empeñó en  cubrirlo todo, al tiempo que una voz muy lejana parecía estar llamando a alguien. Percibí entonces cómo me inundaba un sopor tan denso que no pude evitar el dejarme arrastrar por él.

- Señorita… Señorita…  – oía dentro de mi cabeza -  ¿Se encuentra bien? – El sonido de esa voz era cada vez más cercano y perceptible.

Una leve sacudida en mi cuerpo me hizo abrir los ojos para descubrir al camarero que me había atendido, observándome con cara preocupada. Mi libro de Stefan Zweig volvía a estar allí, ante mis ojos, así como el café que había pedido hacía… ¿cuánto tiempo? Me pareció  que había transcurrido una eternidad desde que fui al cuarto de baño y descubrí…





- Perdone que la moleste,  pero al ver que daba una cabezada me supo mal decirle nada, pensé que necesitaba descansar un poco. Pero es que finalmente se durmió tan profundamente, y… verá, es que ya vamos a cerrar y…
De repente, recordé.
- ¿Vino alguien a buscarme? Yo… esperaba a alguien.

El camarero se encogió de hombros sin saber responderme.
Me levanté apresurada mirando en torno de aquel pequeño Starbucks, ya vacío y,   todavía confusa, recogí mi libro mientras pensaba que no había sido buena idea tomar  tranquilizantes. Aquella cita me había puesto demasiado nerviosa. Tantos meses esperando a conocer por fin al hombre que me quitaba el sueño para caer dormida antes de… ¿llegaría a verme? Avergonzada, pedí la cuenta.

- No se preocupe, está invitada.

A punto de salir por la puerta vi que entre las hojas de mi libro sobresalía una hoja de papel verde que yo no había puesto allí.

1 comentario:

  1. ¡Ay, Escarabajo, creo que tú café me ha puesto la vista nublada!

    Hay no ¡menudo susto! ahora veo que forma parte de este trozo del relato. Me gusta este enfoque que alterna tranquilizantes con emociones y preguntas en el aire ¡buen trabajo, Tomás!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar