miércoles, 3 de noviembre de 2010

Haz deporte que es muy sano

Ya tengo una edad, normal pero una edad. Vale, tengo 38 años, soy ¿joven? eso creía yo pero... Seguid leyendo.

Érase una vez una persona deportista de toda la vida, por movitos que no vienen al caso abandona el deporte durante unos años, vale, durante demasiados años. Como el cuerpo no perdona pues se va deformando y claro, no en las piernas ni en los brazos sino en la parte delantera del tronco. Un día se miró en el espejo y no se reconoció. A partir de ese momento decidió ponerse manos a la obra y de paso ponerse en forma pero ¿qué deporte podría hacer que no estuviese demasiado ligado a horarios, que fuese fácil de practicar y además no requiriese invertir mucho dinero en equipación? La respuesta llegó como un rayo a su cabeza: ¡CORRER!

Como hacía muuuucho tiempo que no practicaba ningún deporte se le ocurrió seguir un plan desarrollado por profesionales y para ello se compró un libro. Ahí empezó a darse cuenta de su error. De momento el libro costó más de lo que imaginaba para el número de páginas que contenía (eso debería significar que el contenido era buenísimo). Empezó a leer y se dió cuenta que debería invertir algo de dinero adicional en equipación, camisetas, pantalones, riñoneras con botellitas, calcetines, había tooooooda una sección dedicada a la práctica de ¿correr? ¡noooooooooo!, del "Running" (a pesar de estar en España). Cogió una cesta y echó 3 camisetas, dos pantalones, una riñonera, 3 pares de calcetines y a pesar de que los calzoncillos superhipermegaespeciales de 'running' eran muy bonitos los dejó en su sitio.

Después llegó otro momento crucial en la práctica del deporte que fue el elegir unas deportivas. Eligió unas de precio intermedio (50 Euros) y se dispuso a pagar. Casi le dió un infarto cuando vio el precio total pero bueno, todo por la vida sana.

Llegó a casa, se estudió el libro de memoria e inició un plan que consistía en salir a correr un día sí y uno no. A la mañana siguiente empezó con muuuucha ilusión su nueva vida deportiva. Se vistió para la ocasión y salió a correr. Todo fue como la seda, menos mal que se había comprado el libro porque no se sentía cansado ni mal. Así pasó la primera semana y al llegar la semana siguiente empezó a sentir molestias en los pies. Se dijo así mismo que como hacía mucho que no hacía deporte que era normal por lo que decidió descansar esa semana. Pero el tiempo pasaba y el dolor no remitía así que fue a su fisioterapeuta-osteópata particular (y de más gente claro sino la pobre...) que le empezó a tratar los pies. No se puede expresar con palabras el dolor que sintió en cada uno de los pies. Al parecer, unos huesecillos sin importacia de los pies se habían caído hacia abajo y se los tenían que colocar. Además, le recomendaron hacerse una prueba de pisada para ver el tipo y en función de eso comprarse unas zapatillas adecuadas.

De vuelta a la tienda de deportes le hacen la prueba y le dicen que tiene pisada 'pronadora' por lo que las zapatillas que tiene que comprarse son desde un punto determinado del estante hacia la izquierda (¿donde estaba ese dependiente la semana anterior?). Le dice al dependiente las zapatillas que se compró la semana anterior y la respuesta fue: "esas para pasear están bien" (¿Entonces porqué están en la sección de "running"?). Total, otros 110 euros de nada de unas zapatillas nuevas.

Ooootra semana de descanso después, ya con sus flamantes nuevas y anti-pronadoras zapatillas de "running" empezó otra vez las sesiones de día sí día no. Esta vez, al segundo día empezó a sentir molestias en las rodillas. Siguió otro día y como el dolor aumentaba (hasta el punto de no poder ni andar), volvió al físio que le diagnostico problemas en el "tendón de pata de ganso". Total, más retorcimientos y más descanso. Y como no, cada visita al físo, más dinero.

Creo que es de sobra conocido que esa persona soy yo. Además, debo confesar, que he omitido cosas a propósito como que durante mis pocas sesiones deportivas, me encontré con muuucha gente "mayor" que me daba unos repasos de alucinar.

El caso es que me he gastado una pasta en equipación, me he lesionado, no he podido practicar el deporte y además no he adelgazado. Total, un desastre. Eso sí, ya llevo un par de meses de reposo y... que se prepare la fisio que dentro de nada me tiene otra vez allí. ¿Qué será esta vez? Se admiten apuestas...