miércoles, 13 de enero de 2010

Impuesto Basura (Por Mae Wom)

Mi querida y amada Mae Wom me envía esta entrada para que la publique, ya que Mae lo que tiene es un Foto Blog (muy bueno por cierto, merece la pena que le echéis un vistazo) In Vitreo. Bueno, no me enrollo y os la pongo directamente (a mí me encanta... ).

Impuesto Basura
Llevaba yo unas semanas con una sonrisa más ancha que el Gato de Chesire, de Alicia en el País de las Maravillas viendo cómo los recibos para pagar la Tasa de Recogida de Residuos Urbanos iba llegando alegremente a los domicilios de familiares y conocidos.

-¡Yo no lo he recibido aún! -decía yo entre bromas -A ver si se olvidan de mi y no me llega.

Ingenua.

El famoso recibo fue recibido y registraba la no muy excéntrica cantidad de 29€ . Teniendo en cuenta que el impuesto es excéntrico de por sí podría haber sido peor. (Todavía me duran las tiritonas por el soponcio de la contribución allá por octubre...Brrrrrr!)

Como decía llegó y yo toda jactanciosa presumía:

-Pues lo voy a retrasar todo lo que pueda y más. ¡Con suerte lo quitan!  -esto último, claro está, iba de coña pero en el fondo en el fondo creo que quedaba una secreta esperanza como una lucecita minúscula al fondo del oscuro tunel.

-Resistencia pasiva voy a hacer - clamaba yo cuando hablaba con mi padre quien decía que lo iba a pagar por si acaso se le olvidaba después - como hacen los de Greenpeace.
-Que luego viene con recargo.
-A veeeer....el mío tiene como fecha límite el 5 de enero, juas, pues me espero.

Pasaron los días. Mi padre pagó su recibo. Llegaron las Navidades, las reuniones familiares, las fiestas, las comidas, las cenas...
El día 4 comprobé que el recibo podía pagarse por internet.

-Guay! Así me ahorro madrugar para ir a la Caja (al banco, no es que me fuera a meter en una caja de cartón; y no era un banco de sentarse sino donde hay un señor algo aburrido que te coge el dinero o te lo da dependiendo de lo que le escribas en una notita).

Lo coloqué en un lugar privilegiado al lado del ordenador para que pudiera ser pasado revista inmediatamente que fuera requerido. ¡Aaaar!.

Y así sin avisar llegó el día previo al día de Reyes (o sea, 5 de enero). Todo el día haciendo cosas sin parar, ultimando detalles, separando regalos, etiquetando..., cabalgata de reyes con niños por la tarde.

Ya en el coche:
-Has pagado el impuesto de las basuras, cariño?
-Eeeeps...noooo...Aaarg! La hora límite son las 8 de la tarde.

Comprobamos relojes: 18:45. Imposible llegar a tiempo a casa para pagarlo. ¡Mi**da! Podría habérmelo traído y hacer el pago desde el ordenador de mi suegro!
Nos encomendaremos a la Virgen de los Pagos Impuntuales y que sea lo que tenga que ser. Pero ¡j***r cómo me fastidia el recargo!.

Amanece el primer día hábil después del 6 (es decir, el 7) y el despertador me recuerda que después de hacerme la chula negándome a pagar un recibo hasta el último momento resulta que me toca pagar más. La próxima vez que alguien me recuerde no sacar la macarra a pasear cuando se trate de pagar impuestos.

Sin desayunar, sin paragüas y sin guantes (¿o era con paragüas pero sin guantes?) me voy a la Caja (al banco) y no todo iba a ser malo en ese día pésimo (el viento helador y la lluvia de regadera no lo hacían muy apetecible): ¡no hay cola!
Soy la segunda en ser atendida. Cuando te toca casi ya casi parece más lento que cuando hay una cola más larga. Me planto en la ventanilla sin cristal.

-Buenas, que vengo a pagar (a ver si cuela).
....
-No me lo coge.
-Ups! Es que me negué a pagarlo hasta el último momento y lo he apurado bien.
-Pero bien, bien...Tienes que ir al Ayuntamiento a que te den otro.

¡Joer! No era suficiente con el recargo como para que encima tenga que ir a pedir un recibo nuevo. ¿Por qué lo hacen? ¿Para humillarte públicamente? Seguro que al llegar te plantan un capirote con orejas de burro y te hacen corrillo los funcionarios mientras corean: "¡Paardillaaa! Paardillaaa!".
Como si lo viera.

Me doy un paseito de unos buenos diez minutos contra las inclemencias del tiempo. ¡Y yo sin guantes! ¿O era sin paragüas?

Paso el control de seguridad mientras hago un repaso mental de lo que llevo en el bolso, que como estoy de vacaciones hace días que no lo uso y con la de cosas que me llevo a trabajar cualquiera sabe. Ahora que lo pienso creo que no suelo llevar ropa interior sucia así que no hay problema. Suspirando de alivio me dirijo a la ventanilla-filtro-información.
Espero otra mini cola (hoy es mi día) y me fijo en que la señora que la atiende lleva un mostacho postizo. ¡Qué cachondos estos funcionarios! Bueno, mejor que lo del capirote, es.
Me toca el turno.

-Buenas, que...
-¿Tiene cita? -ya de cerca me fijo que no lleva bigote postizo, que es suyo de verdad.
-No...(¡ja! ¡yo apurando el recibo hasta el final y voy a pedir cita!)
-Pues a la cola! -ladró la mujer-bigotuda.

Dos mini colas en un mismo día al lado de términos como bancos o burocracia era demasiada casualidad para que hubiera una tercera. Al menos esta cola avanzó ligerita.

El caso es que la mujer-bigotuda me dio mi número y al anterior ya le estaban atendiendo.
¡Deben de haber sido muy buenos los Reyes Magos este año y todo el mundo está jugando con sus juguetes porque no se explica que no tenga que esperar ni aquí!.

Ya me toca y me acerco a la ventanilla (sin cristal también, ¿por qué las llamarán ventanillas si encima tampoco son pequeñas?).

El hombre que me atiende está reclinado sobre su asiento. Me mira lánguidamente levantando los párpados desde su rostro de piel dorada y rasgos orientales (orientales de Oriente, como los Reyes Magos, no como Jackie Chan) y extiende una mano para coger mi recibo caducado.

La otra mano permanece oculta debajo de la mesa. ¿Me estará apuntando con una pistola porque ya ha visto que ha expirado el plazo para pagar y piensa que soy una infiel al tributo municipal? ¿Me estará haciendo un feo gesto con el dedo medio por darle trabajo en una mañana tan tranquila?
Al final parece que ni lo uno ni lo otro pues debió de recordar que algún día hizo una prueba de mecanografía para ser funcionario y resucita la mano izquierda, tecleando con las dos.

Me entrega el recibo nuevo. Miro el importe y es el mismo que el del antiguo. Mi lado oscuro se inclina por la picaresca de hacerme la loca e irme sin decir nada. Pero recuerdo después que la picaresca en la burocracia no existe. Que si te pasas de listo te toca volver otra vez. Incluso si no te pasa de listo ni de tonto muchas veces te toca volver incluso más veces. Así que opté por asumir la derrota. ¡Ya total!

-Esto...El recibo estaba pasado de fecha pero el importe es el mismo...-ya está, ya lo he dicho.
-Te lo he puesto sin recargo -me dijo con su acento aterciopelado.

Le miro con ojo clínico y pienso que quizás uno de los Reyes Magos, con esto de la crisis, hace unas horillas como funcionario.
Que a lo mejor este año no les da para tanto juguete para hijos de parados así que salgo de nuevo a la calle y con las plumas erizadas de satisfacción me voy a pagar el dichoso recibo a través del agua y del frío, sin guantes y con paragüas.
 
Mae Wom
Lo dicho, simplemente genial.

2 comentarios:

  1. Esto sí que es empezar bien el año... Enhorabuena!!!

    Me ha encantado , y sobre todo no he podido hacer que mi boca volviese a su estado normal dejando así de esbozar una sonrisilla mientras lo leía.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja! Menuda mañanita aquella! Y todo por pura cabezonería...!
    Un besote.

    ResponderEliminar