miércoles, 1 de agosto de 2012

Un Cadáver Exquisito - El Cuarto de Baño - "Trozo" 16


TROZO 16. Speedygirl.
Se recostó en la cama, mientras pensaba en la última catarata de acontecimientos: persecuciones, secuestros, peleas, delitos... ¿Cómo se había metido en todo aquello? Mientras hacía el enésimo esfuerzo por comprender, cerró los ojos un segundo y debió de quedarse dormida, porque lo siguiente que oyó fueron golpes y gritos. Unas voces sospechosamente conocidas con ese acento asiático que tanto había oído últimamente, (por desgracia) se acercaban cada vez más, dando portazos en las habitaciones contiguas. ¡Los tipos de negro! ¿Otra vez? ¿No había manera de despistarles?
Salió por la ventana en dirección contraria a las voces y cruzó varios pasillos hasta que encontró una escalerilla que parecía conducir a la superficie. Abrió lo que parecía la tapa de una alcantarilla y se encontró en medio de un enooooooooooorme y lujoso jardín, con una piscina en el centro. En medio de ella flotaba una amplia colchoneta sobre la que tomaba el sol una impresionante joven. Se subió las gafas de sol para mirarla un momento, le dio un corto sorbo a su mojito y le preguntó lánguidamente:

-¿Ya está?

Marta no sabía qué contestar. No sabía dónde estaba, ni quién era su interlocutora, ni qué quería saber. Lo único seguro es que la confundía con otra persona y que esa confusión podría ser su salvoconducto para salir de aquel lío. En ese momento, desde luego, era su única oportunidad. Volver a los túneles ya no era una opción.

-Todavía no, pero estamos cerca.
-¿Pero qué diablos estáis haciendo? ¡Sólo es una chica! ¡Físicamente idéntica a tí, además! Es joven, está sola y no sabe nada del negocio, ¿dónde está el problema?
-Está teniendo suerte
-O vuestra inutilidad crece a cada segundo que pasa, más bien. Yo no voy a dar más la cara por tí, tendrás que explicárselo tú. Viene en media hora. Sube y cámbiate, ya. Sabes que él no soporta verte con esas pintas.
Marta tuvo la tentación de salir por la puerta de la calle y alejarse lo más rápidamente posible de aquel lugar. Pero desde que comenzó ese lío no había hecho otra cosa que huir. Y siempre la encontraban. Había llegado el momento de saber de qué demonios iba todo aquel jaleo.
Subió a la alcoba que le habían asignado en aquella inmensa mansión, se puso uno de los cientos de elegantísimos vestidos que había en el vestidor y bajó a la sala de estar. Él ya estaba allí.
Iba de negro y tenía rasgos asiáticos, como los tipos que la llevaban persiguiendo todo ese tiempo. En cuanto oyó su voz, sus sospechas se confirmaron: era el jefe de los ojos rasgados. Y no parecía precisamente contento.
-El plan está a punto de irse al garete por vuestra inutilidad. Si no cogéis a la chica, no servirá de nada que tú la suplantes y te reúnas con el científico al que debes robarle la fórmula de la fusión fría, porque ella lo destapará todo. ¿Dónde la habéis perdido esta vez?
¡Por fin entendía algo! Ahora el problema era salir de allí sin que descubrieran su identidad verdadera. Al meter la mano en el bolsillo tocó la navaja suiza mágica, la que le habían asegurado que tenía superpoderes. Quizá con ella tuviera alguna oportunidad de escapar sana y salva y deshacer ese embrollo.

2 comentarios:

  1. ¡Ummmm, parece que por fin se va aclarando el enredo!
    Ya estoy ansiosa por conocer el desenlace final.

    Besitos.

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