martes, 15 de marzo de 2011

Reflexiones del fin de semana

Este fin de semana ha sido muy fructifero respecto a muchas cosas y me ha dejado unas cuantas reflexiones a las cuales voy a poner título para que sean más fáciles de leer y entender.

El maravilloso mundo del Euro (€) o como hacer un buen uso de las unidades de medida

Hace mucho tiempo (no tanto en realidad pero parece mucho) existía una moneda que se llamaba Peseta. Vale, supongo que la mayoría de la gente que me lee sabe que en España existían las pesetas antes de la entrada del euro pero tenía que darle algún tinte literario a la historia.
Bueno, recomienzo:

Como seguramente sabéis ya que seguís mi vida con asiduidad leyendo este maravilloso blog, estas navidades pasadas o casi, hemos hecho reforma en casa. La reforma se terminó en su momento pero aún estamos llevando cajas a casa. Mis padres han aprovechado la coyuntura para que me lleve también algunas de las cosillas que dejé "olvidadas" cuando me fui de casa y que parece ser que ahora les ocupan espacio vital pero esa es otra historia. El caso es que este sábado me puse a mirar los libros que quería conservar y los que tendría que donar a una biblioteca puesto que ya no tengo más espacio en casa (bendito libro electrónico). Al ir mirando los famosos libros vi el precio que había pagado por alguno de ellos. En concreto me llamó la atención un libro de bolsillo por el que había pagado la cantidad de 1.295 pesetas. Al principio, al ver dicha cifra me dió un vuelco el corazón. "¡1.295 euros...!" exclamé para mis adentros y durante unas décimas de segundo me entraron sudores fríos. Luego me di cuenta de que eran pesetas pero la sensación no mejoró y es que es curioso pero los libros ahora parecen más baratos cuando son mucho más caros. Estamos acostumbrados a ver "Oferta en libros de bolsillo: 9€" y como el número es bajito, un nueve, pues nos parece barato pero son 1.500 de las antiguas pesetas. Si miramos los libros de tapa dura de 24€ o los libros técnicos (por mi profesión tengo que comprarlos) 85€ y traducimos a pesetas... mejor no seguir.

Esto mismo lo podemos llevar al precio de un café 1,30€ o de una palmera de chocolate 1€ en el mejor de los casos. Repito, el truco está en el número bajito, no es lo mismo pagar 1.295 que pagar 9. El problema está en las unidades de medida...

Los niños y su lógica aplastante

Este domingo tocó excursión campestre a pesar del tiempo. No hay nada que se nos resista y menos a 3 niños en edades comprendidas entre los 6 y los 9 años. Si nosotros aguantamos cosas ellos más y sobre todo si eso implica pasarselo bien, más bien si eso implica pasarselo bien porque si hay algo que no aguanten ni un segundo es el no hacer nada y aburrirse.

El caso es que durante una de las múltiples conversaciones Padre-Hijas que hubo en el camino mi pelotilla pequeña me preguntó que cuantos años tenía. Rápidamente contestó su hermana "38". A lo que yo añadí que este año cumpliría 39. Entonces ella dijo: "y luego 30 y 10". No había empezado a reírme cuando su hermana añadió: "Hala, 30 y 10 son 300".

Después de unas risas internas para que no se sintiesen mal y cuando me dejaron sólo durante un rato para ir a correr por el campo que ya hacía 3 o 4 minutos que no lo hacían y se estaban aburriendo, empecé a pensar en la lógica aplastante de los niños. Está claro que si después del 9 va el 10, pues después del 39 va el 39 y 10. Siguiendo esa misma lógica, si a 30 le añades un 0 son 300 por lo que 30 y 10 son 300. ¡Cuántos problemas gordos mundiales se resolverían aplicando la lógica de los niños! Para mí que no salimos de la crisis porque no queremos porque si les dejásemos a ellos y a su lógica aplastante otro gallo cantaría.

Es más útil ser niño

En otra de esas conversaciones Padre-Hija del domingo mi pelotilla mayor se descolgó diciendo que quería tener "pito" algegando que era mucho más útil. Cuando pregunté que porqué decía eso me di cuenta de que como buen "chico" que soy no me he puesto en la piel de ninguna "chica" para determinadas cosas. El caso es que durante el camino a los "hombres" nos entraron ganas de hacer pis y claro, aquí te pillo aquí te mato en el primer árbol cerca del camino... zas, como un perrillo marcando el territorio. Cuando les entraban ganas a las "mujeres" la cosa cambiaba mucho, que si mira aquel arbusto, que si está muy cerca, que si desde la otra parte del camino te ven, etc.

Hilando con la reflexión anteiror y utilizando una vez más la lógica de un niño, es más útil tener pito porque puedes hacer pis de pie, no hace falta bajarse el pantalón y los calzoncillos para hacerlo y cualquier arbol/poste/arbustillo nos vale.

En fin, como habéis podido ver un fin de semana de lo más reflexivo (incluso me dejo alguanas de ellas sólo para mí). Me gustó y quizá repita porque yo al igual que los niños, necesito estar haciendo algo para no aburrirme, aunque ese algo sea no hacer nada...

1 comentario:

  1. Cuántas reflexiones! No te duele la cabeza? :P
    Qué susto porque al principio pensé que ibas a contar una historia del abuelo cebolleta, -hablar de moneda antigua nos hace mayores- pero, no, ya se me ha pasado el susto.
    Estoy totalmente de acuerdo. Cuando ves "mil y algo" la consecuencia psicológica es la precaución. Pero cuando ves "nueve con..." te invita a consumir. Por no hablar de que yo dejé de ser millonaria y pasé a ser mileurista, con toda la carga negativa que tiene, no solo por el dinero, sino porque te convierte en trabajadora muy cualificada en empleo de "baja calidad", adulta que no puede salir de casa de sus padres, padres y madres potenciales pero sin hijos porque no pueden, etc...Fui millonaria poco tiempo pero joer, como que te da otra satisfacción. ;)
    Sobre la reflexión femenina que hizo tu hija...pues una de las primeras y menos importantes porque además, a no ser que te operes, es de las cualidades que vienen en el pack...pero el resto...Más vale que encaje bien el papel que le va a dar la sociedad y sea feliz a que sea una inadaptada reflexiva igualmente limitada.

    ResponderEliminar