miércoles, 21 de julio de 2010

Calor, calor y más frío, sí, frío, y después más calor.

¡Qué bonito es el verano! Las terracitas llenas de gente tomando sus refrigerios mientras tú trabajas. Bueno, quizá debería empezar por el principio y así ésto no estaría deslavazado.

Como todos los que me leéis sabéis, trabajo como instructor. No voy a decir de qué porque luego me llueven las consultas informáticas. Ooooops, creo que ya lo he dicho. Bueno, sigo. El caso es que estoy en turno de tarde, el maravilloso horario de 16:00 a 21:00. Este horario tiene muchas ventajas, sobre todo para mi empresa que a parte del trabajo que realizo por la tarde, pues como tienes las mañanas libres puedes hacer bla, bla, bla, bla, bla... Los días que no me lían en mi empresa ya me lío yo sólo. La gente me dice "jo, que chollo, así no madrugas". ¡JA!, me río yo de no madrugar. Todo lo que sea levantarse más tarde de las 08:00 hora zulú es tener la mañana perdida. Tengo que comer a eso de las 13:30 para no salir a trabajar con la comida en la boca lo que implica que a las 12:30 tengo que empezar a hacerla. Cuando me meto en el coche para ir al curro, el termómetro marca 52º. Eso sí, luego baja, a 41 pero baja. El volante, cuando no está derretido no se puede tocar ni con guantes y sí, le pongo el quita-sol al coche pero vamos, que es más un quita-dinero porque sol, lo que es sol no quita nada.

Trabajo en una segunda planta muy maja a la que le da el sol toooooda la tarde por lo que el aire acondicionado no hace mucho. ¿Que si no hay más aulas libres? Sí, pero parece que van a seguir así el resto del curso.

Total, calor por la mañana, más calor por la tarde y...

Sí, llego por fin a casa y me encuentro lo más agradable del día, a mi niña, a Mae, con la cena recién hechita y lista para comer. A esas horas el calor va bajando aunque hace falta el ventilador.

Llega la hora de irse a la cama y... Mae, que sufre ataques caloríficos agudos todas las noches del verano, ha puesto el aire acondicionado en la habitación, eso sí, en modo nocturno/dormir y a temperatura alta por lo que ELLA no tiene frío pero yo sí. Total, que al final me tengo que echar la sábana por encima por el frío. Pero... cuando Mae se levanta para ir a trabajar quita el aire acondicionado y... ¿pensáis que también me quita la sábana? Pues NO. Al rato ooooootra vez calor, y así todos los días.

Aún así, no me perdería una noche sin ella por nada del mundo. Eso sí, en verano, calor, calor y más frío y después, más calor.